La Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948 fue la primera en reconocer la alimentación como un derecho humano. Posteriormente, este derecho fue recogido claramente en el Pacto Internacional de Derecho Económicos, Sociales y Culturales, que entró en vigor en 1976, y tuvo un amplio desarrollo legal y conceptual en la Observación General N°12 del Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas. Sin embargo, no es hasta la Primera Cumbre Mundial sobre la Alimentación de 1996 donde tiene lugar el compromiso adquirido, por unanimidad, por los jefes de Estado, de reducir el número de personas hambrientas a la mitad para el año 2015. Este compromiso sería luego incorporado en los Objetivos de Desarrollo del Milenio en el año 2000, y reafirmado en todas las cumbres organizadas desde entonces (2002 y 2008). Sin embargo, a pesar de estas declaraciones de intenciones políticas, el número de hambrientos no ha dejado de crecer desde 1995 y actualmente se acerca a los mil millones de personas.